sábado, 31 de marzo de 2012

Cumpliendo Sueños CAP.26

Cumpliendo Sueños CAP.26
Una vieja guitarra

Antes que nada, quería deciros que podéis seguir participando en el concurso hasta el 20 de abril, os recuerdo que consta de dos partes: 1-Enviadme un vídeo, redacción, dibujo... Lo que queráis que muestre como queréis a 1D a mi correo (mehechizastenovela@hotmail.com) 2- Abajo del todo del blog encontraréis un cuestionario, completadlo (IMPORTANTE: Dejad vuestra dirección de twitter en las preguntas en que te dice si recomiendas la fanfic en twitter y el blog en la del blog o web, para que pueda comprobarlo).
Gracias por todo lo que hacéis, si tenéis ideas o sugerencias, no dudéis en decírmelas:)


Cristina se levantó más temprano de lo normal y tuvo la idea de despertar a Elsa. Siempre que se quedaba a dormir a su casa lo hacía, era una pequeña manía. No quería ser la única en vela.
Se sorprendió al ver la cama de su amiga vacía, pero no sospechó nada y pensó que estaría en el lavabo. Enseguida cogió su teléfono móvil, efectos del verano, según ella, porque durante los trimestres escolares jamás lo llevaba encima excepto algún fin de semana.
Segunda sorpresa de la mañana, una llamada de Zayn. ¿A ella? Sentía que había pasado a segundo plano en dos días, solamente por no tener la capacidad de abrirse a la gente. Timidez, estúpida timidez.
El piso de su tía le traía muchos recuerdos, las escaleras por las que se cayó a los diez años y tuvieron que hacerle su primera radiografía, la mesa en la que se reunía toda la familia en Navidad hasta que perdieron comunicación, el lavabo donde se encerraba de pequeña para probarse todo el maquillaje de su tía...
Su tía, Susana, era la hermana de su padre. La familia sufrió una crisis cuando Cristina tenía once años, por la muerte del hijo de Susana que a penas tenía 20 años. Iba en moto aquel día, junto al padre de Cristina, por un camino no muy seguro y tuvieron un accidente. Hicieron lo imposible por salvarlo, pero ya había muerto. Entonces, el marido de Susana se enfadó con su padre por haber dejado que su hijo muriera y distanció las dos partes de la familia. Susana, su marido, y el hijo mayor que había rechazado ir en moto por una parte y Cristina y sus padres por otra.
Perdieron la comunicación hasta que murió el tío de Cristina por una enfermedad grave.
Susana, que nunca había querido enfadarse con su hermano, vio como su mundo se desvanecía y supo que sola no podría luchar por mantener a su hijo, así que recurrió a los padres de Cristina.
A partir de allí, todo fue maravilloso. Las barreras entre ellos desaparecieron y comenzaron a hablar diariamente por teléfono y a hacer planes todos los puentes para ir a Madrid a visitarla.
Los recuerdos inundaban sus ojos de lágrimas, pero no quería parar. De alguna manera sabía que aquello  la hacía recordar quien era, y lo rápido que podía pasar el tiempo. Recordó que en el edificio había una sala por piso para guardar trastos sin utilidad, donde ella jugaba a encontrar monstruos. Inconscientemente, cogió las llaves del trastero y fue por las escaleras hasta encontrar el lugar. Estaba igual, un pasillo gris sin apenas luz, bastante tétrico que siempre la había asustado y diferentes salas con el número del piso a sus lados. Buscó hasta encontrar la suya y abrió con cuidado.
Miles de telarañas rozaban su piel a medida que entraba en el lugar. Estaba oscuro, muy oscuro.
Buscó a ciegas un interruptor pero al no encontrarlo cogió una linterna que encontró en unas cajas y la encendió. Con la luz daba todavía más miedo.
Se veían perfectamente muñecas de porcelana observándola con atención, libros gastados por el tiempo, cajas y más cajas y algún que otro juego de mesa junto con una bicicleta para hacer ejercicio.
Esquivó las cajas hasta llegar al fondo y sin querer, su pie rozó unas cuerdas que enseguida emitieron sonido.
Se agachó, completamente maravillada, para ver que su vieja guitarra estaba a sus pies. De una madera clara, un tacto perfecto y cinco cuerdas familiares. Pasó sus manos por el mango lentamente, recordando su tacto y las largas noches que había pasado tocándola. De pequeña fue su sueño, su única pasión, su pasado, presente y futuro. Pero estaba claro que en el futuro no contó mucho con ella.
Vio enseguida su letra con once años, redonda y ligeramente curvada. Dejó allí la guitarra un mes antes del accidente. Cerca del mango, había escrito "Fearless".
Volvió al piso con la guitarra en la mano, y el corazón lleno de memorias.
Decidió salir a la pequeña terraza que había en su habitación a tocar, como en los viejos tiempos.
Se deleitó, una vez más, por el sonido melancólico que salía de ella, y poco a poco su mundo desapareció hasta que se quedo sola en una especie de nada.

8 comentarios:

  1. Me encanta, me encanta, me encanta, me encanta... simplemente, me encanta. Sé que no comento siempre, y de verdad que lo siento, pero que sepas que leo TODOS LOS CAPITULOS. Y me encanta. Besos.

    ResponderEliminar
  2. Hola, no tengo cuenta así que comento como “Anónimo”. Acabo de empezar a leer tu novela y me encanta, espero que puedas subir pronto el siguiente :)

    ~ Smaiileey.

    ResponderEliminar
  3. mencanta la novela! escribes super biien!
    me podrias seguir en mi blog? lo llevo con una de mis mejores amigas! merciiii :D PD: noosotras ya te seguimos!

    ResponderEliminar
  4. TRES PALABRAS: AMO. ESTA. NOVELA. No tengo mucho más que decir, con esto explico todo :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ynhbgtvfrcde GRACIAS GRACIAS GRACIAS. En serio, creo que no sabéis la de sonrisas que me sacáis*.*

      Eliminar

Hey beauty queen. ¿Cuanto te cuesta comentar? ¿Un minuto? C'mon, make me smile